17 jul 2011

Hasta pronto Bluths


Queridos lectores...he terminado Arrested Development. Pausa para sonarme los mocos y enjugarme las lágrimas. Y no, a estas alturas no me creo ningún rumor más acerca de la película, hasta que no la vea en cartelera o en DVD, nada de hacerme ilusiones.
A estas alturas no es ningún secreto que me costó conectar con su humor, pero una vez que lo hice hacia el final de la primera temporada, la serie se convirtió en una de mis comedias favoritas. Por eso, con un recorrido de sólo tres temporadas había que dosificarla muy mucho, aunque está claro que Arrested Development es carne de revisionado si o si, porque es de las que ganan gracias a sus multitud de referencias por segundo.

Lo bueno, si breve, dos veces bueno reza el refrán y aqui parece que se cumple a la perfección, porque la familia Bluth nos ha dejado muy grandes momentos a lo largo de los 53 episodios que componen la serie: los números de magia o de ventriloquía de Gob, los intentos de ligue de Lindsay, los comentarios y actitudes gay de Tobias, el enamoramiento de George Michael, la "doble vida" de Maeby, las borracheras y borderías de Lucille, los secretos de George, las paranoias de Buster (sobretodo después de lo de la mano), hasta incluso Michael fue ganando en comicidad con el transcurso de las temporadas, teniendo su punto álgido con su rollete con la "joven" británica.

Como comentaba sobre Big Love, es muy difícil despedir como se merece a una serie tan genial, y en este caso en particular siento que no puedo añadir nada intersante sobre todo lo dicho desde su final en febrero del 2006. Así que solo me queda unirme a las quejas hacia el público americano por no saber apreciar la peculiaridad y complejidad de esa extraña familia (aunque en cierto modo es un poco comprensible, y más emitiéndose en FOX en lugar de en una cadena de cable, donde otro gallo podría haber cantado), la cual afortunadamente si contó con el respaldo de la crítica, con 6 Emmys y un globo de oro en reconocimiento a la originalidad que destila en sus 21 minutos de capítulo.

Costará encontrar sustituto a una comedia tan grande pero por el momento he retomado The Office en la quinta temporada, y tengo ya en mente hincarle el diente a Parks & Recreation a corto plazo por lo que la risas seguirán aseguradas.

5 comentarios:

Atticus dijo...

Esta aún no la he visto, pero me alegro que te pongas con Parks. A ver si la disfrutas tanto como yo.

17 de julio de 2011, 21:10
Rebeca Sánchez dijo...

Una vez que los Bluth conectan contigo es difícil olvidarlos :)

18 de julio de 2011, 0:29
Jaime Grau dijo...

Tenemos suerte de que los Bluth son muy pero que muy revisionables, yo nunca me canso ^^

18 de julio de 2011, 23:18
ainhop dijo...

Coincido con Rebeca y Manganxet, los Bluth siempre van a estar ahí y nunca vas a cansarte. Yo la tengo original desde hace un par de años y ya la he visto creo que cuatro veces.

Son sensacionales y me pasa una cosa muy curiosa: que no sé aún cuál es mi favorito (como en El Ala Oeste, pero en comedia. fíjate tú) porque va por capítulos, por temporadas... Buster es la caña, GOB imprescindible, Lindsay y Tobías están loquísimos, a George Michael le pasa cada cosa al pobre...

Michael es un personaje fantástico, no le pongo ni un pero. Aunque claro está, es así por todos los que le rodean.

Yo tampoco me creo lo de la película, hace años que dejé de tener fe... :-(

19 de julio de 2011, 1:31
Álex dijo...

Lo que más me fascinaba de esta serie era el ingente número de bromas por minuto que tenía. Era algo continuo. Ahora mismo, sólo se le acerca 30 Rock.

Por mi parte, estoy a falta de ver los dos últimos capítulos, pero es que no quiero que se me termine.

20 de julio de 2011, 14:12