Tan disfuncionales como adorables
Si aun no conoces porqué Lip cierra temporada méandole por encima a su padre, mejor no continúes leyendo tras estas líneas.
Si algo ha caracterizado a la serie en esta temporada ha sido la ausencia de grandes tramas horizontales, basándonos en la pura supervivencia de la familia gracias a las diferentes pillerías de cada uno de sus miembros. Con dos prqueñas excepciones, que han sido las dos tramas sobre las que ha versado esta season finale: por un lado la difícil situación que atraviesa Karen Jackson con su padre, que termina salpicando directamente a Frank y a Lip; y por otro, el secreto de la identidad de Steve que solo conoce Debbie y que no tardaría en explotar tras el indicente en el que se ven inmersos Ian y Lip.
Yo tengo que reconocer que el excesivo protagonismo de Frank me pesa un poco, y es algo que en los últimos capitulos se ha acuciado tras todas las meteduras de pata que ha ido cometiendo, pero ya con Karen se ha superado a sí mismo, cosa que parecía difícil (porque el lio que montó con lo de Mónica por 300 dólares, que encima eran a repatir, fue mucho). Hasta en cierto modo me hubiera gustado que el padre de Karen terminase con él, pero a decir verdad, aunque la serie pudiese funcionar igual de bien sin él (al fin y al cabo la familia no le necesita en absoluto), aporta ciertos toques que siempre suman (Sheila es todo un personajazo que sin la relación con él no tendría mucho sentido mantener, o los diferentes discursos antisistema que suelta para argumentar sus disparatadas ideas).
A pesar de esto, me gustó como han llevado la trama, con enfado y paliza de Lip incluido, y al menos ha servido para quitarnos de encima al marido de Sheila que no aportaba ya nada, y que tanto Lip como Karen se dieran cuenta de lo que entían el uno hacia el otro.
La trama de Steve comenzaba con Ian y Lip en comisaría por conducir el coche robado por él, ante lo cual no podía irse sin más tras el pacto con Tony para evitar la cárcel (recordemos que debe alejarse de Fiona para siempre si quiere seguir libre). Su primera opción es pagar la fianza, pero no está disponible por lo que tiene que hacer otro trato con Tony, esta vez entregarle las escrituras de la casa para que los deje libres. Obviamente Tony acepta, ya que él ya había hehco sus propios tratos para sacar a los crios de comisaría, puesto que sabía que eran inocentes, y de este modo consigue independizarse de su madre por fin, estableciéndose además contiguo a su amada. Un pacto redondo para él.
Y tan redondo, porque Steve en un intento desesperado por seguir junto a Fiona le ofrece huir juntos a Rio, auqnue solo fuese por unos meses hasta que todos sus asuntos se hubieran calmado. Le pedía abandonar a su familia casi como su madre lo había hecho y eso era algo con lo que Fiona no podría vivir, por lo que tras dudar si pensar un poco en si misma por una vez decide quedarse y aceptar la oferta de empleo que su nueva amiga le había conseguido en su oficina (ganacas tengo de ver los celos de Verónica con todo este asunto...).
En cuanto al secreto de su verdadera identidad, por ahora ha conseguido que no salga a la luz ya que en el intento de Debbie de abrirle los ojos a Fiona ésta le acalla argumentando que todos tenemos nuestros secretos, nuestro pasado, siendo esto algo que hay que asumir en una relación. Aun así, el secreto no tardará en estallar me parece a mi...
El resto de personajes no hay tenido mucha chicha, por no decir ninguna en esta season finale, pero no por ello voy a dejarlos fuera de este post. Mis favoritos siempre han sido los tres hermanos mayores, más que nada porque son los que más peso han tenido también (los otros tienen sus puntazos, tanto Debbie como Carl nos han dado momentos geniales, pero por su edad no tienen grandes tramas).
Fiona ha sido toda una grata sorpresa, una mujer tan joven como ella sacando adelante a una familia tan grande con tan poca ayuda, compatibilizándolo además con una relación de pareja. Lip también ha tenido lo suyo, primero con todo el asunto de las pruebas universitarias y después pasando a un primer plano su relación con Karen, la cual personalmente me ha encantado como ha sido tratada y como ha ido evolucionando.
Para el final me dejo a Ian porque es mi favorito de los hermanos. Lo tenía fácil conmigo porque el actor con su cara pecosa de bueniño ya me tenía ganado pero el manejo de su homosexualidad me ha gustado mucho: en un primero momento en su trabajo con Kash y después con el hermano de su falsa novia (tanto la relación con ella como la que mantiene con su hermano me gustan, y más tras esa escena en la cárcelo que me encantó).
Ni que decir tiene que tanto la pareja formada por Verónica y Kev como el personaje de Sheila (enorme Joan Cusack) me parecen el complemento perfecto para los Gallagher.
Ahora bien, a mi Justin Chatwin me gusta bastante, y su personaje me parece que aporta mucho tanto a las tramas y al funcionamientos de la serie como a a Fiona, sindo muy fan de su relación desde el minuto uno que se encontraron en aquella discoteca. Así que espero que tarde o temprano vuelva a sus vidas (que si, que Tony es muy majo y todo lo demás, pero los buenos no terminan con la chica).
Por todo esto, Shameless contituye un soplo de aire fresco dentro de la parrilla televisiva, una serie que ha llegado revolucionando el concepto de familia, que ha encajado a la perfección multitud de piezas en forma de personajes haciendo que disfrutemos de los 45 minutos semanales de trapicheos, borracheras, trampas, estafas y triquiñuelas de las que son capaces con tales de subsistir, que no es poco.
Ahora solo nos queda esperar, ya no solo por la segunda temporada, sino también a que en los premios se acuerden de los Gallagher, porque han demostrado que lo merecen.