3 oct 2013

Top Chef, empacho de Chicote

Empacho o indigestión de Alberto Chicote. Esa es la conclusión que extraigo del estreno anoche de Top Chef. El nuevo programa de Antena 3 sigue la estela del exitoso MasterChef de la cadena pública. Cierto que el formato original es Top Chef, pero por el timing con el que se han estrenado en nuestro país es éste quien nace a rebufo para el espectador. Y por comparación es este quien sale perdiendo, y por goleada.

El principal problema al que se enfrenta Top Chef es a la falta de presentador, forzando a Alberto Chicote a tomar las riendas del programa (ya que es su cara más reconocible para el gran público), algo que hace de forma tosca, prepotente e incluso exasperante para quienes nos encontramos al otro lado del televisor. Tanto en su forma de dirigirse al espectador (hablándole al cámara y no a la cámara) como en el trato al participante deja en evidencia que no ha sabido cambiar el chip de Pesadilla en la cocina. Y se equivoca estrepitosamente, porque aquí no se enfrenta a cocineros de segunda que tratan de salvar su maltrecho negocio si no que se dirige a cocineros profesionales a los que debería de tratar casi como iguales. Vale que no todos están a la altura de las circunstancias, pero no se puede tratar tan mal a todos los concursantes, con esa falta de respeto hacia su trabajo. ¡Qué no ha dicho ni una sola cosa positiva en todo el primer programa! "Creo que tienes posibilidades de hacerlo mejor" es lo más bonito que le ha dicho a un concursante. ¡Por favor!

El excesivo protagonismo de Chicote es el gran escollo a superar del programa, pero no el único, ya que le han faltado puntos de diferenciación con el otro programa de cocina de La 1. Pensaremos que esto es debido a que se trataba solo de la última fase de casting, pero no, porque la mecánica del programa no dista mucho de lo que ya conocemos por MasterChef (prueba por grupos y prueba del grupo perdedor para decidir la expulsión. Eso si, antes una por la inmunidad en solo 15 minutos, quizás el punto más "innovador").

Pero no todo ha sido malo ya que la presentación de los concursantes se ha hecho de forma más que solvente ayudado por la separación inicial en grupos de 5, permitiendo conocer más a todos los chefs, aunque eso le restase un poco de ritmo al programa (4 competiciones se hicieron un tanto pesadas). En este sentido podemos destacar que el casting promete, con personalidades variopintas y caracteres (y egos) fuertes que a buen seguro terminarán chocando (algo que el programa se encarga de anunciar, lo cual no habla bien de si mismo, ya que esto se supone un show de cocina).

Los amantes de la cocina posiblemente se sientan un poco defraudados por el espectáculo ofrecido en el estreno, pero parece que el transcurso del programa y su mecánica satisfará los gustos de los paladares más refinados. Eso si, los que estén a prueba de Chicote. El mio no es el caso.

2 comentarios:

varyamo dijo...

Cuando Masterchef la gente se quejaba de que había presentadora cuando no debería haberla, y ahora que en Topchef no hay, la gente se queja de ello, a ver si os ponéis de acuerdo xD

A mi tampoco me gustó el excesivo protagonismo de Chicote y ese rollo Pesadilla en la Cocina que le dio criticando todo el rato y hablando a cámara. Le daré una oportunidad más para ver que tal funcionan con un programa con estructura normal.

Ahora me pregunto ¿acaso Topchef USA se diferencia tanto de Masterchef USA? ¿No son también parecidos?

3 de octubre de 2013, 23:54
Un telespectador más dijo...

La verdad es que no tengo ni idea, porque no he visto los originales. Pero personalmente no le veo mucho sentido a tener dos programas casi iguales en diferentes cadenas, el público normalmente se aleja del que llega rezagado si no se diferencia.

Saludos!

4 de octubre de 2013, 16:51