23 sept 2013

Dexter, un final que desmerece el camino


6 horas después de ver el final de Dexter, y pasado ya el cabreo, creo que me encuentro en condiciones de realizar un pequeño análisis con la mente más o menos fría. Así que al lío, no sin antes avisar que lógicamente habrá grandes spoilers.

En el imaginario de todos estaba que nuestro asesino favorito tenía que terminar muerto u apresado por sus compañeros de la Miami Metro, aunque viendo los derroteros por los que estaba yendo su última temporada ambas posibilidades se daban casi por descartadas. Y personalmente no me parecía mal. Compraba que los guionistas habían ido convirtiendo a Dexter en un humano en estos 8 años que hemos pasado a su lado. El Dexter que conocimos en su primera temporada no tenía ningún tipo de sentimientos, se esforzaba en fingir en cada una de sus interacciones con el resto de personajes, mientras que el que hoy despedíamos no solo quería a su hermana y a su hijo, así como sentía cariño hacia sus compañeros de trabajo o su niñera, sino que había logrado sentir lo que es el amor. ¡Se había llegado a enamorar! Entendiendo esto había interiorizado ya la idea de que podía dejar atrás a su dark passenger para lanzarse a una nueva vida con su familia. Con Harrison y sobre todo Hannah como nuevo código vital. Compraba la idea e incluso hasta la podría defender.

Pero tampoco. Después de haber llevado a cabo toda esta evolución desde la tercera temporada (cuando siente a Miguel Prado como un verdadero amigo) deciden tirarla por la borda (y nunca mejor dicho) en los últimos 10 minutos de la serie. El recorrido vital de Dexter le llevaba a dejarlo todo atrás, abrazando así su humanidad, puesto que ya ni siquiera sentía la necesidad de matar. El amor había cubierto ese hueco interior que antes ocupada su oscuro pasajero. En lugar de esto, tras ver que Debra se encuentra al borde de la muerte por sus acciones decide dar marcha atrás, deshacer todo lo que había construído, todo lo que había avanzado, para terminar alejándose de todo y de todos, convencido de que lo que tocaba terminaba dañado o muerto.

Pues no, ni compro ni comprendo sus motivaciones. Habiendo aprendido a amar, y viendo los lazos tan fuertes que había establecido con Hannah y Harrison, no alcanzo a entender que pueda alejarse de un plumazo. Aun con el daño que le ocasione  la perdida de Debra.
Por esto me parece una tomadura de pelo, porque no solo no han conseguido salvar los muebles tras varias temporadas mediocres. Porque han tenido la oportunidad de ofrecer un final digno y en lugar de eso nos han despachado con un despropósito. Y eso sin entrar a valorar toda la temporada (Voguel desaprovechadísima, asesino sin importancia, intento fallido de discípulo, hija de Masuka...) o la consistencia de las acciones finales (sacar un paciente de la clínica sin que nadie te pare, ir en barco como si nada en medio de un huracán, huracán que aparece de la nada al lado sin provocar olas durante el "funeral" de Debra, el asesinato de Saxon...). Y por si fuera poco, una vez decidido el final del personaje, van y no son capaces de llevarlo hasta sus últimas consecuencias, dejando su muerte en una mera vía de escape. Un despropósito con mayúsculas.
Michael C. Hall ya tiene su haber un el mejor final de la historia, pero también uno de los peores.

7 comentarios:

Diana P. dijo...

Yo no estoy tan en contra del final "evolución del personaje"... Entiendo que pueda haber llegado a la conclusión de que hace daño allá donde va e intente acabar con todo. Creo que honestamente pretendía suicidarse pero la justicia poética del universo le castiga con una cadena perpetua de vida en autoencarcelamiento y soledad. Esa parte del final me ha parecido medio qué (como dices, mejor salida hubiera sido que alguno de los patanes de Miami Metro le descubriese de una vez)

Ahora, lo que me trae loca desde hace muchos episodios es la cantidad de errores chapuceros que se han cometido en el guión para llevarnos hasta aquí. ¿han contratado a los hijos de los guionistas que estaban en el kindergarden o qué?

* La tonta de Hannah, que dice a Elway, "¿cómo me has encontrado?"... Pues hija,fácil: vas por ahí, aunque te persigue toda la policía de Miami y dos detectives, sin ponerte unas gafas de sol ni ocultarte lo más mínimo. Y no permita dios que te tiñas el pelo, a ver si vas a salir fea en la serie dos segundos. ¡Si estás pidiendo a gritos que te cojan! Puedes irte en el coche de Dexter, o en el de Debra, pero no, por dios, coge el autobús, que así es más fácil que me localicen.

* ¿Y Elway? Realmente es un milagro divino que haya dado con ella. Después de sospechar que estaba dentro de casa de Debra e irse de allí sin poner a alguien a vigilar la puerta, ni dejar una cámara, un micro, ¡algo! ¡Un detective privado! ¡Se va sin más!

* La doctora Vogel mejor no hablar: voy a salvar a mi hijo, ay no, mejor que Dexter lo mate, no, no, lo salvo, no, que lo mate... Pero espera, me voy a tomar un té con pastas con él antes de matarlo. Te mereces todo lo malo que te pase, por dios.

* El Saxon otro que tal: esconde el portátil detrás de la pared... pero se le olvida ponerle una contraseña. Total, si dentro solo tiene pruebas incriminatorias de haber arrancado unos cuantos cerebros. Y cuando graba sus propios asesinatos la cámara, qué curioso, le enfoca a él y no a la víctima. Es que lo de salir en la tele le mola al chaval, qué le va a hacer el pobre.

* Dexter ya no trabaja en Miami Metro, pero le dejan ver a un sospechoso con instrumentos de trabajo. La cámara de la celda graba solo imágenes, pero no sonido... claro, como estamos en 1928, época del cine mudo, ¿verdad?

Bueno, ya que sobreviva a un huracán de fuerza 3, vamos a dejarlo.

Pero lo peor de todo el episodio: los ojos pintados de Quinn. De verdad, ¿era necesario???

24 de septiembre de 2013, 0:23
Un telespectador más dijo...

Diana P, me indigna que blogger aun no haya puesto un botón de like, porque tu comentario es para tener millones jajaj

Muy de acuerdo en general contigo, en las pegas, porque yo el suicidio no lo compraba en absoluto.

Saludos!

24 de septiembre de 2013, 0:35
varyamo dijo...

Totalmente de acuerdo con la entrada y con el comentario, ¡qué despropósito de temporada y de final! Lo del mar en calma total con todo el huracán ahí ha sido ya la puntilla xD Y mira que hasta compro el final del personaje pero la forma de llegar...

Lo único que me ha quedado claro en esta temporada es que en Miami son todos miopes (como mínimo) y nadie ve nada.

Y añado a lista de Diana:

* Harrison quiere a Hanna con locura pero casualmente, un niño de 4 años, no la nombra NUNCA cuando hay otra gente delante.

24 de septiembre de 2013, 1:17
Un telespectador más dijo...

Varyamo, me he pasado media temporada temiendo (en el buen sentido) que el niño metiera la pata, porque además tiene estado con muchos adultos, pero nada. Algo ha pasado en esa sala de guiones, porque aqui nada tiene coherencia

24 de septiembre de 2013, 1:42
Diana P. dijo...

Les habrán aplicado la reforma laboral o algo... Vamos, que el desenlace te puede gustar más o menos, pero al menos llegad allí con coherencia y con los deberes hechos!

Qué diferencia con Breaking Bad (acabo de terminar el penúltimo). (Spoilers minimísimos)
Todo pensado, cada plano, cada color de la prenda de los protagonistas, lo que se escucha por la tele, todo tiene que encajar. Maravilla.
Y los personajes piensan! No les veremos metiendo la patorra, me juego lo que sea :)

24 de septiembre de 2013, 2:14
Anónimo dijo...

Estoy de acuerdo en que en general ha sido una temporada floja, torpe y poco sería, sobre todo en comparación con el nivel al que nos tenían acostumbrados en temporadas anteriores,pero un final es un adiós, y yo estoy muy triste! De verdad había que cargarse a la jodida, puta Debra?! Snif!...

24 de septiembre de 2013, 21:25
Sallis dijo...

tienes toda la razón, el final lógico de Dexter todos lo sabiamos pero siempre contando con que la última temporada iba a versar sobre nuestro asesino favorito siendo perseguido por sus propios compañeros: a partir de ahí existían varias posibilidades y todas ellas podían justificarse. Pero llegados al punto de despropósito absoluto que ha sido esta temporada casi parecía más lógico el final feliz que este desaguisado. Porqué a ver, y por centrarme sólo en lo más evidente, un Dexter que ha aprendido a querer y a tener sentimientos renuncia a su hijo??? En serio? y no sólo eso si no que lo deja en manos de otra asesina a la que tampoco conoce demasiado (por mucho que nos cuelen aquello de que "quiero a Hannah" para que nos quedemos más tranquilos. Si querían este final (Dexter sólo y con barba en plan leñador) pues podrían haberlo hecho al reves. La que muere es Hanna, Dexter deja a su hijo con Debra y se larga al bosque a talar arboles. Porqué, el papelón que le dejan a la pobre Hannah es brutal, compuesta sin novio y tenieendo que hacerse cargo del niñato ese... Yo de ella, le invitaba a un "té"... (perdón, pero es que da mucha pena ver en que han convertido a Dexter)
Saludos

26 de septiembre de 2013, 11:05