5 mar 2012

Cuestión de supervivencia

The Walking Dead, al tratarse de una serie de zombies, debe ofrecernos momentos de tensión, y ligados a ellos, transmitirnos una sensación de angustia, de lucha constante por la supervivencia, sin olvidar los dilemas morales que ello conlleva para los individuos que quedan con vida, obligados a construir una nueva sociedad acorde a la situación.
Es por esto que la serie hasta la fecha no había terminado de convencer, porque parecía que no se tenía esto claro desde el principio, lo que unido a la mala (o nula) dedicación a la construcción de los personajes, nos estaba ofreciendo una serie lenta, pesada y aburrida en su mayor parte.
A pesar de esto había momentos, como el final de la fall finale en las puertas del granero, que daban destellos de genialidad que nos permitían no perder la esperanza.

Y finalmente la serie volvió de su parón y nos recompensó la confianza depositada durante temporada y media. Muchas eran las dudas que suponía la marcha de Frank Darabot pero la vuelta de The Walking Dead las está disipando con grandes dosis de zombies acorralando a nuestros protagonistas, pero sobre todo gracias a colocarlos en difíciles posiciones, obligándolos a cuestionarse su moralidad, a desdibujar la línea que separa el bien del mal.
Si, los personajes continúan siendo el punto débil de la serie, pero poco a poco parece que se van perfilando un poco más, y algunos, y solo algunos, llegan incluso a interesarnos, importarnos minimamente.

Prueba de esta clara mejora ha sido el último episodio emitido, "Judge, Jury, Executioner", centrado en el dilema que presenta decidir el destino de su joven prisionero: darle una oportunidad de formar parte de su comunidad (con el riesgo de que resulte ser un asesino como sus antiguos compañeros, o de que traicione a los nuestros y los ponga en peligro) o matarle. Ante esta cuestión vemos como todos se van posicionando, mayoritariamente a favor de la muerte del chico, salvo Dale, quien quiere mantener su concepto de humanidad, de derechos humanos o de convivencia o segundas oportunidades como las venía conociendo antes de la epidemia. Una postura muy loable, pero poco práctica también dadas las circunstancias. Fue ahí, en esa reunión en la granja donde se llevó a la práctica lo que tanto tiempo se le estaba requiriendo, que se mojasen, que le dieran alma a los personajes, aunque esta estuviese gris, manchada por las circunstancias.

Capítulos como este, en donde se explota precisamente la parte más interesante que una serie de estas características puede ofrecer (la naturaleza del hombre en situaciones límite) marcan la diferencia (y más cuando se intenta colocar al crio de Rick como brújula moral de cara a la toma de decisiones). The Walking Dead parece que por fin está encontrando el camino, ahora solo le falta seguir deshaciéndose del lastre que suponen ciertos personajes...

1 comentarios:

Drolope dijo...

Interesante post, estoy de acuerdo en casi todo lo que dices. Pero, no hace falta que digas "ciertos personajes"... ¡Da nombres! ;)

6 de marzo de 2012, 2:35