Cuando un concursante que ya ha pasado por un reality vuelve al mismo lugar que lo hizo famoso siempre lo hace con una gran diana en su espalda, sobretodo cuando todo el peso del concurso recae sobre el juego social, sobre la estrategia.. Por lo que desde el minuto uno debe pelear por hacerse un hueco en el grupo, lograr alianzas sólidas y darlo todo en las pruebas que se le presenten por lograr la inmunidad. Tenemos muchos ejemplos de ello, tanto en las recientes temporadas de Survivor como en las de Big Brother, que es el que hoy nos ocupa.
Esta decimotercera temporada del Gran hermano americano ha estado marcada por la entrada en la casa de tres parejas veteranas del concurso: dos parejas de novios (Jeff y Jordan, Rachel y Brendon) y un padre y una hija (Daniele y Evil Dick). Frente a ellos 8 novatos dispuestos a todo por hacerse con el medio millón de dólares.
Como es natural, las alianzas surgieron nada más comenzar el verano, y forzados a trabajar juntos debido a la diana que al principio comentaba, los veteranos formaron una piña sólida que además de eso, contaba con ventaja física sobre los novatos. A pesar de esto, no contaban con la mayoría numérica de la casa por lo que deberían trabajar sus relaciones sociales con los novatos para conseguir que alguno de ellos cambiase de bando a la hora de votar.
Sin embargo ser veterano no es del todo negativo, y es que si ya te has ganado la simpatía de los fans del programa es fácil conseguir que estén de tu parte, que trabajar codo con co
do con alguien ha quien has admirado siempre es un caramelo que no todos están dispuestos a dejar escapar.
Es precisamente esto lo que sucedió con Shelly, quien desde el primer momento se vio incapaz de no caer en los tentadores brazos de sus adorados Jeff y Jordan, al igual que hizo Kalia.
Además de este twist, el programa nos sorprendió emparejando a los concursantes al principio, siendo nominados y salvados en parejas, otorgando una golden key al concursante que superase la nominación permitiéndole ser inmune hasta quedar 10 concursantes en la casa.
Las primeras tres semanas el poder se mantuvo en las manos de los veteranos, quienes dominaban en el terreno físico, por lo que fueron tres novatos los expulsados.
Fue entonces cuando Daniele, en parte enrabietada por la expulsión de Dominic, su nuevo aliado, decidió dar un vuelco a la casa intentando malmeter entre las parejas de veteranos. Su gran movimiento fue también su gran error, ya que aunque fuese ella la que estaba en posesión del HoH debió haber esperado una semana más para reposicionarse. Tarde o temprano los novatos acabarían ganando alguna prueba y sería entonces el momento perfecto para sembrar la semilla contra el resto de veteranos. Pero no fue asi y su precipitación le costó caro. Si, no tardo en ser expulsada y lo hizo por la puerta grande, tras ejecutar un gran movimiento y sacudir la casa y las alianzas.
Fue entonces cuando por fin vimos a Porsche posicionarse, luchar y jugar a Big Brother, pero también cuando vimos al verdadero Jeff, matón y desquiciado ante la creciente pérdida de poder sufrida. El concurso se encontraba ya en su máximo apogeo, regalándonos una vela
da de doble expulsión orgásmica, tanto si simpatizábamos más con un grupo como con otro, que terminaba con Daniele y Jeff, enemigos irreconciliables, como nuevos inquilinos de la jury house.
Estas semanas fueron trepidantes, el poder cambiaba de bandos y la tensión nos hacían disfrutar como enanos, hasta que el programa decidió intervenir en el concurso para mantener a las únicas veteranas que resistían, Jordan y Rachel, un buen seguro de audiencias para el reality. Se introdujo entonces la caja de Pandona y ella, unida a una prueba diseñada para que Rachel ganase conllevo la salida de Shelly. Con Porsche fuera de la siguiente prueba de HoH, muy fáciles le volvieron a poner las cosas a Rachel para que se hiciese con el poder, ya que las curvas de sus rivales les impedian representar una amenaza en dicha prueba.
Así sería Kalia la expulsada, y tras recuperar Adam el poder para los novatos, sería Jordan la que le acompañase en el exterior. Dos novatos y una veterana llegaban entonces a la final: Rachel tras una lucha contante contra la casa y contra ella misma, con la presunta diana en su espalda por ser veterana (y digo presunta porque de las veces que estuvo en la picota, frente a Lawon, Jeff y Jordan, solo en la primera era el target esa semana, y ya sabemos lo que hizo el idiota de Lawon); Porsche venía de ir de tapadillo las primeras semanas (en parte también porque el twist inicial así lo propiciaba) hasta que realizó buenos movimientos y se posicionó como firme candidata al triunfo por su buena posición social y su destreza en las pruebas, y Adam, monigote donde los haya, nefasto en las pruebas y nulo en el juego social, que llegó tan lejos solo porque nunca representó una amenaza para nadie a ningún nivel, y porque siempre se aseguraba de lamer bien el culo a quien se encontrase cada semana en poder.

Ante estos tres finalistas yo me posicioné a favor de Porsche como ganadora, porque representaba el bando del juego que me había hecho disfrutar tanto de esta edición. Vale que haya ido de tapadillo buena parte del concurso, pero porque así lo había predispuesto el programa con el twist, y porque era la mejor opción para ella: parecer una rival sin opciones para revelarse como una fuerte amenaza fisicamente y también socialmente (en ese tiempo en la sombra entabló grandes relaciones sociales que la llevarían si o si a la final, como así se produjo).
Rachel era el mal menor en la final, alguien que también merecía le premio, ya no solo por los momentazos que nos dio en toda la edición, sino también porque luchó mucho para mantenerse en un programa que adora (aunque como he dicho, no fue tan vista como la amenaza que vendió en sus discursos, en los que se comió a Porsche con patatas).
Si hubiese sido Adam el ganador, me hubiese quitado los ojos, indefendible su candidatura en la final, se mire por donde se mire. Con concursantes como él no habría Big Brother...¿que volverás para un futuro All Stars? JA, me río en tu cara que diría Rafa Mora.
Finalmente Rachel se proclamó vencedora 4-3 gracias al voto de Shelly. Entiendo que ella (Shelly) ha sido una gran concursante, a quien si me gustaría ver en un All Stars porque ha demostrado ser muy buena jugadora, pero su voto me ha descolocado bastante porque Porsche se lo ha currado más en ese sentido. Rachel ha estado más escondida en la alianza sólida de los veteranos, por lo que creo que Porsche hubiese sido mejor vencedora.
De cualquier modo, Big Brother 13 ha sido una edición fantástica.