The Big Bang Theory vs Samantha Who?
En primer lugar le tocó el turno a The Big Bang Theory, una serie de visionado obligatorio tras el buen sabor de boca de Los Informáticos, ya que en esta el frikismo alcanza niveles estratosféricos. Los primeros minutos con Sheldon, Leonard, Penny y compañía me han llegado a superar, con expresiones científicas y gags muy técnicos que hacen de la serie un poco difícil de seguir, pero a medida que avanaza el capítulo la cosa mejora.
Está claro que la relación entre Leonard y Penny puede darnos momentos geniales, y que las intervenciones del resto de sus amigos aportan toques tan surrealistas como diveridos.
En segundo lugar llegó Samantha Who? con un piloto verdaderamente bueno, muy prometedor.
Desde el primero momento me pareció muy divertida, ya que el momento de su madre grabando a su hija en coma para enviarlo a Cambio Radical fue un puntazo. En tan solo un capítulo su madre me ha enamorado, espero que mantenga el nivel.
En cuanto a la propia Samantha, la propuesta de su perdida de memoria y su intento de cambiar (porque antes era muy mala persona) me ha parecido muy interesante, Cristina Applegate borda su papel poniendo multitud de caras y gesticulando mucho.
Respecto a los otros personajes, encontramos a Todd, que para ser su ¿ex? novio lo encuentro bastante extraño con ella, y mejor no mencionamos lo plano que es Barry Watson el que nunca debió de salir del paraíso xD.
Como amigas tenemos a Andrea, alias Tamara Falcó, que con ese toque tan suferficial tiene pinta de brindarnos momentos muy gracioso, y que decir de Dena, mi querida Sucky de Las Chicas Gilmore, tanto da lo que diga o haga, ella siempre me proboca una sonrisa.
En conclusión, The Big Bang Theory me pareció una serie entretenida, aunque en algunos momentos me encontré un poco fuera de ese universo científico en el que te sumergen, mientras que Samantha Who? me ha conquistado totalmente, resultó superar ampliamente mis espectativas.
Por ahora seguiré más intensamente con esta última pero dejaré a The Big... en la recámara, que tampoco está nada mal.